El 01 de enero de 2014 empecé un proyecto de collage diario, sin pretensiones, sin objetivos, sin la itención de continuarlo en el tiempo, probé y llevo 4 años inmersos en esta rutina diaria.
Al comienzo era un ejercicio sin metas, por el puro placer de sentir que construía algo, fuera del ordenador, volviendo a lo matérico. Me gustaba el collage porque me permitía hablar deconstruyendo el material de otros, un universo formal que de entrada se entiendo como una cúmulo de creadores, de todas aquellas de las que uso material. Me enamoré de la técnica, del azar, de las múltiples lecturas, y cuando pasó un año decidí dar una unidad formal al año que venía. Año a año he ido experimentando con múltiples lenguajes, me he impuesto reglas para forzarme a encontrar dialectos.
Actualmente pretendo construir una nueva unidad de tiempo adaptada a mi, una ficción que deconstruye y construye los días en nuevas unidades formales, y tal vez cree un patrón y con el tiempo se revele.